El verano está a la vuelta de la esquina y con él, la costumbre de dejar vacías muchas viviendas principales durante días o semanas. También es tiempo de ocupar segundas residencias que, en muchos casos, han estado cerradas durante meses. Este contexto genera una oportunidad evidente para los intrusos, y por ello conviene reflexionar sobre el nivel real de seguridad de nuestras puertas de entrada.
En Mood Seguridad lo tenemos claro: si la vivienda es el refugio, la puerta es su primera línea de defensa. Y no todas están a la altura.
¿Qué debe tener una puerta para ser segura?
Según el artículo publicado por Genoma del Robo®, la mayoría de las puertas instaladas en viviendas en España no superan las pruebas técnicas mínimas de resistencia exigidas en otros países europeos. Muchas puertas se instalan por estética, por inercia o por coste, sin considerar que su debilidad puede poner en riesgo toda la propiedad.
Una puerta segura no es solo «gruesa». Debe tener:
- Resistencia física certificada, especialmente frente a ataques con herramientas manuales.
- Sistema de cierre múltiple, que impida el forzado con palancas o extracción de bombines.
- Elementos estructurales sólidos: marco, bisagras y materiales que no cedan con facilidad.
- Correcta instalación: una buena puerta mal colocada pierde gran parte de su eficacia.
- Ausencia de «efecto cáscara», es decir, que no sea solo estética sin estructura sólida en su interior.
El artículo de Genoma del Robo® propone, además, una nueva generación de puertas inteligentes, diseñadas desde la metodología de análisis del riesgo, el entorno y el tipo de vivienda. Un enfoque que compartimos desde Mood, donde aplicamos soluciones personalizadas para cada caso.
¿Y qué pasa con las segundas residencias?
Las viviendas vacacionales —chalets, apartamentos de playa o casas en zonas rurales— suelen contar con sistemas más básicos, y es habitual que su seguridad se haya descuidado por completo. Sin embargo, su perfil de riesgo no es menor. Al contrario: su aislamiento, su bajo nivel de vigilancia social y la facilidad para detectar su falta de uso las convierte en objetivos prioritarios para el delito oportunista.
En estos casos, el refuerzo de la puerta adquiere aún más relevancia. Una puerta de seguridad de alta resistencia, acompañada de un sistema de detección anticipada, puede marcar la diferencia entre un intento fallido y una intrusión efectiva.
En Mood Seguridad realizamos un estudio del punto de entrada principal de cada vivienda y proponemos soluciones que combinan:
- Puertas acorazadas o blindadas de última generación.
- Sistemas de detección anticipada de intrusión en la propia hoja o marco de la puerta.
- Combinación con alarma perimetral e iluminación disuasoria.
- Control remoto del acceso, para gestión desde el móvil.
- Diseño respetuoso con la estética de la vivienda.
Sabemos que cada hogar es distinto, y por eso ofrecemos un asesoramiento especializado que considera nivel de ocupación, ubicación geográfica, entorno social y perfil del propietario.
La seguridad residencial no empieza con una alarma. Empieza con una barrera física real y certificada, que resista, disuada y proteja. Las puertas de seguridad son, en muchos casos, la diferencia entre la tranquilidad y la vulnerabilidad.En Mood Seguridad, contamos con especialistas acreditados en la metodología Genoma del Robo®, lo que nos permite diseñar soluciones verdaderamente eficaces, basadas en datos, patrones de criminalidad y conocimiento técnico.